Cómo se preparan las grandes empresas para la revolución digital.

Las inversiones sobre digitalización en el agro están teniendo entre sus objetivos la dinamización del ecosistema AgriFoodTech.

La alternativa más reciente ha sido la de explorar activamente alianzas con las empresas del universo AgriFoodTech. El ejemplo de un cliente insatisfecho de Blockbuster que se convirtió en el fundador de Netflix. Cómo se preparan las grandes empresas para la revolución digital

Autor: CARLOS BECCO en Clarin Rural - 14/10/2024


En la pequeña localidad de Bend, en Oregón, aún sobrevive la última tienda Blockbuster del mundo, entre más de 9000 que llegó a tener aquella cadena internacional que supo ser dueña del mercado internacional de alquiler de videos, hoy apenas queda una, que funciona como museo y atracción de turistas nostálgicos.

En 1997 un cliente llamado Reed Hastings, después de pagar una multa por devolver tarde “Apolo 13”, juró que nunca volvería a ser multado por Blockbuster (que luego reconocería que ese año había ganado 800 millones de dólares en multas por devoluciones tardías, el 16% de su beneficio). Este cliente insatisfecho se convirtió en el fundador de Netflix. El resto es historia conocida. Inclusive el dato que Blockbuster tuvo la oportunidad de comprar Netflix en su momento por -apenas- 50 millones de dólares.

La historia de Blockbuster y Netflix se ha repetido en -prácticamente- todas las áreas de la economía: los nuevos líderes digitales han reemplazado a los líderes del pasado analógico. Con excepción del agro, que es el último sector de la economía donde los líderes analógicos aún dominan el mercado. La pregunta obligada es “hasta cuándo”.

Una realidad que no escapa a los líderes del sector que afanosamente intentan prepararse para esta nueva realidad que, más temprano que tarde, terminará por imponerse. La cuestión es cómo evitarlo. A continuación, intentaré describir algunas estrategias sobre cómo y de qué manera las grandes compañías se preparan para la revolución digital del agro.

La primera estrategia que han utilizado las grandes compañías para preparase a este nuevo mundo ha sido y -sigue siendo- adquirir. Una estrategia que comenzó cuando en el año 2013 Monsanto pagó la friolera de 1,1 billones de dólares por The Climate Corporation, una pequeña compañía fundada apenas siete años atrás por dos ex empleados de Google, dedicada a ofrecer servicios de información climática a productores agropecuarios. Comprar pequeñas compañías -pagando múltiplos exorbitantes- resultó ser una idea sumamente exitosa para la Monsanto de los años noventa, cuando logró consolidar al mercado semillero, altamente atomizado, comprando una gran cantidad de empresas familiares como Dekalb, Asgrow y Holden. Sin embargo, aquella enorme -pero sobre todo temprana- inversión en Climate no sirvió para asegurar el liderazgo de Monsanto en el incipiente mercado digital del agro. Muchas otras grandes compañías como John Deere han apostado por comprar activamente pequeños start ups AgTech. Sin embargo, después de aquella significativa inversión, no se volvieron a repetir aquellas cifras ni remotamente. Inclusive, localmente Grupo Don Mario también decidió adquirir recientemente a la prometedora Dymaxion Labs, pero las cifras invertidas han sido apenas una pequeña fracción de lo pagado en aquel momento por Monsanto. Pareciera como si después de aquella experiencia de Climate un criterio de prudencia ha condicionado los montos invertidos en adquisiciones en este ecosistema.

Una estrategia alternativa, también ampliamente utilizada por muchas grandes compañías, ha sido la de invertir -en lugar de adquirir- en start-ups. Directamente o a través de fondos de inversión muchos millones de dólares de las grandes compañías se han volcado en quienes -eventualmente- se convertirán en sus futuros competidores para asegurar pequeñas participaciones en ellos. Estas inversiones han servido para dinamizar el ecosistema AgriFoodTech. Inclusive en Argentina, algunas grandes empresas locales han estado muy activas utilizando esta modalidad. A pesar que ya se han concretado una gran cantidad de -relativamente- pequeñas inversiones a la fecha, el mercado -y los inversores- seguimos esperando aquella historia destacada donde una inversión temprana se multiplicó muchas veces. Con todo, hay algunos ejemplos prometedores de un mercado que espera con ansiedad la concreción de su esperado “unicornio”.

Finalmente, la alternativa más reciente ha sido la de explorar activamente alianzas con las empresas del universo AgriFoodTech. Las grandes empresas del sector han comprendido que también pueden aprender de la innovación y la agilidad de los start ups tecnológicos aliándose con ellos, sin tener necesidad de adquirirlos ni invertir en ellos. Este modelo, aparentemente más sencillo, requiere, sin embargo, de un gran esfuerzo de sincronización y apareamiento entre culturas profundamente diferentes. En este terrero el rol de los gerentes de innovación de las empresas y la capacidad de los fundadores de los start-ups para facilitar la conexión entre universos tan disimiles ha probado ser la clave para que la magia se pueda producir. La habilidad para vincularse y lograr alianzas mutuamente beneficiosas con grandes empresas es digno de ser mencionado.

En definitiva, son muy variadas las estrategias que las grandes compañías están implementando para prepararse para una revolución que promete transformar la agricultura. Una transformación que ya hemos experimentado en otras industrias. Lo que es seguro es que nadie quiere terminar como la tienda Blockbuster de Bend, Oregon.