El mensaje contradictorio del Mago del Kremlin

Javier Milei y Javier Milei Alfredo Sábat

La exaltación de la personalidad del líder y del poder del Estado, promovida por el asesor Santiago Caputo, hacen dudar de la verdadera vocación anarco-liberal del grupo gobernante

Autor: Carlos Pagni LA NACION - 11/07/2024


El eje predominante en la estrategia política de Javier Milei es el que recomiendan todos los manuales de marketing: ser tema de interés para la opinión pública todos los días. Las peculiaridades personales de Milei facilitan el propósito. Pero Santiago Caputo, el “Mago del Kremlin”, las refuerza con un tratamiento obsesivo de la imagen y el discurso del Gobierno.

Entre los recursos más usuales de esa mitología está la agresividad. En el extremo, el odio. Uno de los méritos profesionales del Presidente y su equipo es haber aprehendido el clima de la época. Haber conectado con una parte de la sociedad que se siente víctima del bullying de la dirigencia. Haber capturado la ira de esa muchedumbre para redireccionarla en contra de esa élite caracterizada como “casta”. Ayer hubo otro ejemplo en la catilinaria que lanzó Milei contra los “degenerados fiscales”, acaso los mismos que firmaron el documento tucumano, y el titular de un banco nacional.

Nada demasiado novedoso. En una deliciosa carta al Consejo de Florencia, Maquiavelo ofreció las claves para cualquier conquista: “Hay que halagar a la plebe. Y mostrar a esa plebe lo implacable que se puede ser con aquellos a los que ella atribuye su sufrimiento”. En términos clásicos, demagogia.

Este procedimiento convive, desde la llegada al poder, con otro: la construcción de un consenso alrededor de la solemne jefatura de Milei. Es lo que se quiso materializar en la escenografía montada en Tucumán para la firma del Acta de Mayo. La disposición de las personas y los símbolos obedeció a la imaginación híper detallista de Santiago Caputo. Banda presidencial, bastón de mando, organización simétrica de la concurrencia. Todos vestidos de negro, como en El Entierro del Conde de Orgaz. Una pena que Maximiliano Pullaro machacara con su disidencia de traje gris, camisa gris, corbata gris. El sol de ese sistema, Milei, es instalado en una perspectiva que parece imitar el protocolo de Nayib Bukele.


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