Una crisis profunda que desnuda los déficits del Gobierno.

Javier Milei y Sandra Pettovello Presidencia

El Ministerio de Capital Humano quedó implosionado y el futuro de Pettovello es incierto; la inquietud de los mercados y los desafíos de la oposición contrastan con la paciencia social

Autor: Jorge Liotti LA NACION - 09/06/2024


La Justicia ya había dispuesto distribuir los alimentos almacenados y el Ministerio de Capital Humano, en su desesperación por demostrar reacción, decidió cumplir el mandato a través del Ejército. Se improvisó un operativo y allí fueron los soldados con las cajas. Una de esas filas debía internarse en uno de los barrios más calientes del conurbano de Rosario. Tuvieron que pedir custodia a la Gendarmería porque ellos no podían portar armas. Así se montó una escena bizarra, como expresión del desconcierto. Centenares de efectivos militares y gendarmes en caravana, exponiéndose en el medio del territorio narco más furioso, descargando comida de los camiones para ubicarla en camionetas más pequeñas y así internarse en las callejuelas de los barrios, con uniformados de Gendarmería (que no sabían a dónde iban) protegiendo a otros del Ejército, que eran los que sabían el recorrido. “Salió bien de casualidad, pudo haber sido un desastre. Lo que sí, toda esta movida costó más plata que la comida distribuida”, reflexionó una fuente al tanto de la insólita movilización.

La crisis en Capital Humano es la más severa que enfrentó hasta ahora la gestión de Javier Milei. Lo reconocen en la propia Casa Rosada y dan varias razones. La principal, porque afecta a una cartera clave para la contención social en medio del ajuste más brusco en la historia del país. En la concepción de ese megaministerio el Presidente había imaginado una coordinación de todas las áreas de impacto social. Había una racionalidad novedosa en su origen, y por eso es tan reticente a fragmentarlo. Pero en la práctica fracasó, en parte por una razón burocrática: nunca se unificaron las áreas jurídicas y presupuestarias de las viejas unidades de Desarrollo Social, Trabajo, Educación y Cultura, mucho menos Anses. Es decir, se mantuvo la estructura anterior, en un formato piramidal forzado, donde cada sector se siguió manejando con dinámicas autónomas. A eso se sumó la permanencia de funcionarios y empleados de gestiones previas, con múltiples terminales externas, desde el massismo hasta los movimientos sociales. La irrupción de la conversa Leila Gianni es apenas una expresión de esa extraña Torre de Babel.


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