El Gabinete, un complicado rompecabezas para Milei.

Javier Milei Alfredo Sábat

Las primeras 96 horas han sido una clase acelerada sobre lo que significa asumir la Presidencia para alguien que carece de toda experiencia. Como si fuera uno de esos rompecabezas de dos mil piezas, el presidente electo Javier Milei lidia, desde las primeras horas posteriores a su consagración, con complicaciones para armar el Gabinete que lo acompañará a partir del 10 de diciembre. Aunque al final del jueves pareció encontrar una clave para empezar a completar el cuadro, en el que va ganando intensidad el amarillo macrista.

Autor: Claudio Jacquelin LA NACION - 24/11/2023


Las complejidades no son excepciones en la formación de un gobierno, aunque en este caso resalta que los problemas se hayan registrado con las piezas más grandes y en lugares destinados a constituir el corazón del nuevo Gobierno.

El área económica, punto neurálgico de la propuesta electoral de Milei, ha sido la playa de maniobras, de marchas y contramarchas, en los cuatro días que lleva como presidente electo. Encontrar las partes y hacerlas encajar asomó con tanta complejidad para él y su pequeño equipo, que, ya antes de arrancar, se cayeron piezas que parecían destinadas a un rol estelar. Casi como si hubiera habido un recambio de gabinete antes de asumir y a muchos de los pasajeros que tenían boleto casi desde la presentación del tren libertario los ha ido dejando con frío pragmatismo en la estación inicial.

Es el caso de Emilio Ocampo, que, paradójicamente, fue el primero de los miembros de su equipo que el libertario confirmó en un cargo un mes antes de la primera vuelta. Ya no será el presidente del Banco Central para dinamitarlo y darle paso a la estrella de la góndola libertaria durante la campaña, como era la dolarización.

Poco o nada de ese plan queda en pie, al menos en las condiciones y los tiempos en que había sido promocionado inicialmente, para atractivo de muchos votantes de un amplio espectro económico. La salida de Ocampo modifica el escenario, aunque la dolarización ya había perdido buena parte de la urgencia original para pasar a convivir con proyectos de segunda generación, como le gusta llamar al libertario a algunos objetivos fetiche que quedan para mejor ocasión. Un giro que no pocos economistas e inversores celebraron apenas trascendió la noticia.

El reemplazo del abogado dolarizador llegó este jueves como resultado de una fuerte disputa interna desatada en las últimas 48 horas en las que se exacerbaron diferencias personales, metodológicas y de objetivos que anteayer ya habían trascendido e impedían dar un boceto claro de cómo se configuraría al final el equipo económico.

“Esto es minuto a minuto y todo puede cambiar en las próximas horas. Hay bastante ruido”, había advertido en la tarde del martes uno de los pocos integrantes de la mesa chica del presidente electo, que ponía y sacaba nombres del pizarrón a medida que transcurría el día. La forma radial y hermética en la que actúa y conduce Milei no permite aventurarse con muchas certezas sobre lo que decidirá finalmente.

Luis “Toto” Caputo, el exministro de Finanzas y titular del Banco Central durante el gobierno de Mauricio Macri, se quedó ahora con todos los números para ser ministro de Economía. Mientras que al Banco Central iría a otro exfuncionario macrista, Demian Reidel, que ya estuvo en un cargo inferior en la entidad monetaria cuando la presidía Federico Sturzenegger, quien ahora estaría a cargo de un plan de desregulación. Una temática en la que se ha especializado en los últimos años.

Caputo y Reidel tendrían la misión de afrontar la nueva prioridad que asignó Milei a su gestión económica: desarmar la montaña de Leliqs, para luego empezar a abrir el cepo y estabilizar la economía. Como expertos en financiamiento, su misión sería encontrar fondos para llevar a cabo la tarea. Contactos no le faltan, aunque algunos inversores guardan un recuerdo agridulce de su gestión anterior mientras que, por otro lado, el kirchnerismo los ha acusado de beneficiar a ciertos fondos.

Mientras tanto, hay quienes dicen que no sería ajeno al propósito de reunir aportes el viaje que anteayer inició Macri por países árabes, aunque desde su entorno lo atribuyen a su condición de funcionario de la FIFA y a la búsqueda de créditos para el nuevo estadio de Boca que se propone construir si gana la lista en la que va como candidato a vicepresidente. ¿Todo tiene que ver con todo?

Por lo pronto, algunos inversores que operan en Estados Unidos ya hicieron saber ayer su beneplácito por estos cambios en el equipo inicial.

“La dolarización es un proyecto de largo aliento y no necesariamente el mejor, así que valoramos el viraje. Además Milei, que es un teórico, necesita smart streets (tipos con calle) para lidiar con los programas concretos. Pero, también, va a tener que sumar macroeconomistas”, señaló a la nación un inversor argentino que opera desde Nueva York y tiene tantas expectativas positivas como reservas sobre el presidente electo.

“En términos financieros, acá se lo ve a Milei como un activo de alto riesgo, pero también de alta rentabilidad potencial. Tiene un buen diagnóstico de los problemas del país, pero deberá demostrar capacidad de lograr soporte político y manejar la calle, sobre todo para afrontar los primeros seis meses, que serán muy difíciles”, advierte el financista.

La cosecha amarilla
Desde el entorno del presidente electo y del de Macri coinciden en negar conjeturas, pero la configuración del gobierno entrante da verosimilitud a las versiones que dicen que empieza a dar dividendos el apoyo formal del expresidente a Milei, apenas 48 horas después de la primera vuelta.

También, dicen, es el resultado de un vínculo de confianza construido entre Macri y Milei, que excede ese corto y reciente lapso y en el que el fundador del Pro se ha convertido en un paternal consejero, en el que el libertario busca abrevar de su experiencia. Nadie hizo sentir tan reconocido a Macri en estos últimos años como Milei. Otro tanto le ocurrió a Fernández. Nunca fue tratado tan presidencialmente en su ocaso como el martes, cuando lo visitó su sucesor en Olivos. Carencias que se complementan.

Por otra parte, la confirmación de Patricia Bullrich como ministra de Seguridad terminó por pintar de amarillo la jornada. Volverá al cargo que decía que no iba a volver. Otra búsqueda de experiencia en un espacio flaco de miembros con pasado en la administración. Habrá que ver si segundas partes son buenas.

Ante estas nominaciones, algunos mileístas desplazados hablan de una fuerte presión del macrismo para ocupar espacios, que el fundador del Pro niega con énfasis y con pretendida grandeza.

“Yo solo quiero que a Javier le vaya bien y si necesita que le aportemos cuadros o experiencia vamos a estar, pero no tenemos intención de cogobernar”, le dice Macri a quienes le preguntan al respecto.

De todas maneras, en su cercanía hacen saber que consideran mucho otras vacantes para ocuparlas. Es el caso de la presidencia de la Cámara de Diputados, para la que impulsan al jefe de la bancada de Pro, Cristian Ritondo, que por estas horas disputa ese lugar con Florencio Randazzo. El exministro del Interior kirchnerista, que se alejó de ese espacio en 2015 para nunca más volver, es visto con mucho interés por el hasta ahora designado ministro del Interior, Guillermo Francos.

Los “desinteresados” macristas ponen en valor a su candidato al recordar que Ritondo “aportó 12.000 fiscales para la segunda vuelta y lidera un bloque de medio centenar de diputados. Además tiene atrás a diez gobernadores, mientras que ‘El Flaco’ apenas cuenta con par de legisladores”, dicen alrededor de Macri.

A eso Randazzo, que ya dio el visto bueno para su promoción, opone que es un puente para sumar al schiarettismo y a muchos peronistas del interior que quieren terminar de emanciparse de la larga tutela cristinista, lo que, dice, le permitiría a Milei no quedar a expensas de un solo prestamista de soporte político.

Pincelada peronista
Ayer, antes de caer la noche, una pincelada celeste de peronismo cordobesista atenuó la coloración amarilla con la posible designación de Osvaldo Giordano, actual ministro de Finanzas de Juan Schiaretti, para dirigir la Anses. Otro enroque que dejó afuera del cargo que se le había prometido a una libertaria original, como Carolina Píparo.

Se confirma así el intento por diversificar los apoyos, tanto como se refuerza la acusación de algunos heridos por esos enroques en el sentido de que Milei tiene demasiada facilidad para deshacerse de propios cuando encuentra otras piezas que encajan mejor en su objetivo. Así como el Presidente electo considera que lo que diferencia a un loco de un genio es el éxito, ese apotegma podría extenderse para otros calificativos algo más escatológicos.

La conformación del gabinete, en tanto, no ha concluido. Y ya suenan algunas advertencias que han llegado a oídos de Milei y podrían derivar en nuevas modificaciones del plan original. Una de esas observaciones recae sobre el megaministerio de Infraestructura, para el que se designó a Guillermo Ferraro. La cartera tendrá bajo su órbita las áreas de Transporte, Obras Públicas, Energía, Minería y Comunicaciones.

“Un día entero de trabajo no le va a alcanzar solo para firmar resoluciones, que ni siquiera tendrá tiempo de leer en temas demasiado sensibles y en los que se mueven demasiado intereses y dinero. No solo demanda mucho tiempo y esfuerzo sino que implica asumir demasiado riesgos por las consecuencias legales”, señaló un exfuncionario con experiencia en algunas de esa áreas, que intentó transmitirle su inquietud al equipo del presidente electo.

Las primeras 96 horas han sido una clase acelerada sobre lo que significa asumir la Presidencia para alguien que carece de toda experiencia no solo en la gestión pública, sino también en la construcción y conducción de equipos de trabajo.

Los primeros intentos de armado del rompecabezas del Gabinete fueron una demostración del desafío que entraña. Encontrar y hacer encajar la piezas, aún las más grandes, no le ha sido fácil al Presidente electo en su debut. Y todavía quedan muchas por ubicar. Que, además, funcione será la prueba de fuego.