Retenciones y desconocimiento de la propiedad privada, pilares del deterioro federal
En las últimas décadas estamos atravesando una decadencia creciente que incluye casi todos los niveles de análisis, sea económico, social, educativo, presencia internacional, liderazgo regional, participación en el comercio internacional y una larga lista que solo se detiene con destacados intelectuales o deportistas que mantienen la llama de pertenencia y orgullo nacionales.
Autor: Fernando Vilella en Mitre y el Campo - 16/10/2023
Hace muchos años que la economía y el trabajo privado no crece, hoy estamos en un nivel de irresponsabilidad y deterioro inusitado que destruye ingresos fijos y aumenta la pobreza y la indigencia a niveles incompatible con los potenciales de nuestro país. El sistema educativo lejos de estar centrado en lo único importante: los alumnos y su mejor formación, se dedica a cuestiones políticas o gremiales de baja categoría, hemos pasado de tener de las mejores calificaciones continentales a pelear el descenso, por ejemplo, en las pruebas PISA estamos decimos en América Latina con una calificación de 28 sobre 100, reprobados. Recordemos que en la sociedad del conocimiento quien no accede a una educación de calidad será un excluido al desaparecer los trabajos poco calificados por automatización y robotización.
Hace algunos años Argentina tenía presencia en los foros internacionales y lideraba junto a Brasil los aspectos regionales. Hoy no es tomada en serio en ninguna mesa relevante. Hace un tiempo se decía que, si no estás en la mesa, estás en el menú, hay una categoría peor ya que pasamos a la irrelevancia, a estar fuera del radar.
Argentina hace un siglo explicaba el 2% del comercio internacional, hoy solo un 0,35%, que este año por la sequía será menor al 0,3%. Desde aquí empezamos a entender algunos procesos. En primer lugar, que las exportaciones están atadas solo al único sector realmente competitivo, la agrobioindustria, que sostiene el 70% de las exportaciones (año 2022) sino que lo hace casi no requiriendo divisas, con un balance positivo de unos 47 mil millones de dólares, el sector que le sigue es minería con poco más de 1000 millones, 40 veces menos, el tercero, el automotor, solo 100 millones, 470 veces menos. Todo el resto tienen saldos negativos.
Esa falta de competitividad se debe a la falta de inversiones y tiene varias consecuencias como cerrarse al comercio internacional, necesidad de crecientes divisas que nunca alcanzan, genera trabajos de baja productividad con muy bajos salarios que además requieren alimentos y servicios a bajo costo y que los gobiernos de turno resuelven con intentar bajar precios con las retenciones y con los subsidios a la energía y al transporte en AMBA.
Este modelo antifederal extrae recursos crecientes del interior productivo, atacado despiadadamente por los gobiernos nacionales, pero no está solo cuenta con ayuda del congreso nacional y los representantes de las provincias afectadas. Incomprensible que esos senadores y diputados no busquen el bienestar de sus representados, más raro aún que en algunos casos sigan siendo votados. La gran mayoría de las provincias, salvo alguna patagónica o minera centran su economía y generación de trabajo en la bioeconomía, la Vaca Viva, sin embargo, sus senadores y diputados permiten al ejecutivo nacional imponer impuestos a la exportación que no son coparticipables, o que un diputado de Santa Fe genere una ley de biocombustibles que frenan o retrotraen su uso creciente, muchos de ellos producidos en su provincia. La falta de federalismo también es consecuencia de esta mayoría de representantes ausentes del interés de sus territorios.
Para Argentina la Estimación del apoyo Total (EAT) (“valor monetario anual de todas las transferencias que surgen de políticas de apoyo a la agricultura, sin discriminación de sus objetivos o impactos sobre la producción, ingreso o consumo de productos agropecuarios”) para el campo y agroindustria desde 2000 es negativa en casi US$ 200.000 millones mientras tanto, el sector agrícola brasilero acumuló un apoyo positivo cercano a los US$ 190.000 millones.
Los impuestos a la exportación, de los que casi no hay en el mundo y menos a nuestros niveles, no son coparticipables con las provincias y son importantes ya que representan entre el 5 y 10% del total de lo recaudado por impuestos. Desde 2000 dijimos son 200.000 millones de dólares que el fisco nacional se quedó en lugar de quedar en manos de decenas de miles de productores en sus territorios. Es 4 veces la deuda contraída por Macri con el Fondo, o casi 30 veces la renegociación de Massa hace unas semanas. Con esos recursos se podrían construir 66.000 escuelas o 200.000 km de rutas, de Jujuy a Ushuaia hay 4.000 km son 50 veces esa distancia. Este mes las becas Progresar son de 20 mil pesos mensuales a tipo de cambio oficial alcanzaría para 290 millones de becas en 20 años, es decir que todos los 10,5 millones de alumnos primarios y secundarios del país podrían haber estado becados con una beca 50% mayor. Nada de eso ni siquiera en parte ocurrió.
Pero, ¿Qué hubiera pasado si eso se convertía en trabajo, agregado de valor, atracción de población entre otras variables? Seguro otro país, otro contexto
Hay costos ocultos ya que, sin esas discriminaciones, sumada la falta de respeto a la propiedad privada como es no tener una ley de germoplasma moderna, mal llamada de semillas, han deprimido la producción y el agregado de valor. Solo viendo los rendimientos de soja en Argentina contra Brasil, pasamos de ser iguales en 2000 a tener 500 kilos menos por ha, perdiendo solo por eso unos 7 a 8 millones de tn en igual superficie cultivada, unos 4 mil millones de dólares totales anuales o sea unos 250 dólares por ha para ahorrarse 6/8 dólares, un disparate. También se fertiliza menos, haciendo uso minero de los suelos, perdiendo capacidad productiva actual y futura. Sin retenciones habría más y mejores producciones, más divisas y desarrollo.
En resumen, hay un modelo centralizador de recursos en AMBA de uso ineficiente ya que no modifican nada estructural, solo gasto, esto debe cambiar en forma sustantiva y la dirigencia tanto política como privada tiene un desafío relevante por delante, buscar los consensos para transformar una realidad decadente. Dentro de unos días hay una oportunidad para que cada ciudadano desde su perspectiva contribuya a sumarse la desafío, ojalá esta vez entre todos acertemos.
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