Convulsión en la cima, el anticipo de una transición turbulenta.

Los candidatos presidenciales Patricia Bullrich, Javier Milei y Sergio Massa durante el debate en la Facultad de Derecho (AGUSTIN MARCARIAN / POOL / AFP) AGUSTIN MARCARIAN - POOL

El descalabro económico y los cruces políticos reavivaron el temor de un interregno caótico; los preparativos de Milei por si hay una entrega anticipada del poder La Argentina es un extraño país que ejercita cada vez con más frecuencia la costumbre de asomarse al abismo y detenerse en el centímetro final. Parece administrar el mecanismo con habilidad, pero en cada intento el sistema de frenado se desgasta un poco. El último martes volvió a ocurrir cuando el dólar superó los $1000 y sonaron todas las alarmas.

Autor: Jorge Liotti LA NACION - 15/10/2023


Se dispuso un virtual feriado cambiario y se paralizaron por completo las Siras. Los proveedores dejaron de vender porque se quedaron sin precios de referencia y se agravaron los faltantes de productos básicos. Cuando Javier Milei recomendó desarmar los plazos fijos en pesos, y Sergio Massa le respondió al calificarlo de “irresponsable”, directamente se congelaron todas las operaciones financieras. “El efecto que tuvo la politización de la corrida fue inmediato”, señaló un agente del sector.

Muchos intuyeron en esa escena de descalabro económico y fricciones políticas una muestra de lo que puede ocurrir a partir del próximo lunes 23, tanto en un escenario de triunfo en primera vuelta de Milei o de un eventual ballottage con Massa o Patricia Bullrich. En todos los campamentos políticos, y también en círculos empresarios, verbalizaron la idea de un caos en el interregno, si se impone la lógica de un ganador que tiene el poder de su palabra, pero no ejerce, y un gobierno perdedor sin incentivos para seguir en modo Cirque du Soleil, con sus piruetas y trapecistas. En ese sentido lo que se percibió esta semana pareció un anticipo del futuro. De hecho en el equipo de Milei vienen trabajando desde hace tiempo en una hipótesis de desmadre generalizado y entrega anticipada del poder. Es la indicación que recibieron los que articulan con los equipos técnicos, y así lo transmitieron a interlocutores del sector privado. El propio candidato dijo varias veces: “Yo estoy preparado para asumir ya”. Difícil que el peronismo entregue esa bandera histórica. Los más moderados al lado del líder libertario aseguran estar “dispuestos a dialogar en una transición”, pero advierten que solo lo harían si es para “implementar nuestro plan” y jamás para establecer un cogobierno. Los más políticos ven ineludible un período de fuertes convulsiones.


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