Al Campo Lo Que Es Del Campo: Las Propuestas De Horacio Para El Agro.
El agro es el motor de la Argentina. Da trabajo directo e indirecto a millones de personas, moviliza nuestra economía, genera divisas y alienta las inversiones necesarias para crecer y desarrollarnos. Los productores agropecuarios y todos los trabajadores del campo son el mejor ejemplo del esfuerzo para enfrentar obstáculos y adversidades. Soportan sequías, retenciones, y trabas que les impone el Gobierno nacional, sin bajar nunca los brazos. Son un sector que nos ayuda a construir una Argentina más federal, porque cada provincia tiene sus productos regionales que la impulsan a salir adelante.
Autor: Propuesta de Horacio Rodriguez Larreta - 13/07/2023
La Argentina ya es el productor de proteínas más eficiente del mundo. Como supimos ser en otros momentos de nuestra historia, podemos convertirnos en una potencia exportadora de alimentos, tecnología y productos industrializados asociados al agro. Vamos a hacerlo juntos. Con reglas claras, sin trabas, impulsando la producción.
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Tipo de cambio único y libre en el primer año de gobierno. Es imposible planificar y producir con 18 tipos de cambio distintos. El campo no necesita un dólar soja por 25 días, necesita estabilidad por 25 años. Los productores tienen que enfrentar una brecha cambiaria creciente que limita su capacidad de generar empleo e invertir. Mientras el Gobierno le paga $270 por cada dólar tienen que comprar los insumos, neumáticos y elementos para producir a un dólar financiero cercano a los $500. Vamos a llegar a un tipo de cambio libre y único dentro del primer año de gobierno. El tipo de cambio al que van a exportar va a ser igual al tipo de cambio que tengan que pagar para acceder a sus insumos.
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Eliminar las retenciones. Las retenciones son un pésimo impuesto que castiga a la producción y que tiene al campo de rehén del Gobierno. Necesitamos un Estado que deje de frenar el crecimiento del principal sector productivo del país. Todos en JxC creemos que las retenciones son un pésimo impuesto. Son un impuesto adicional que grava el ingreso, afecta la rentabilidad, limita la incorporación de tecnología y genera desequilibrios entre distintas zonas productivas y desarrollo de cultivos. El camino a su eliminación debe ser lo más rápido posible. El 10 de diciembre vamos a eliminar las retenciones a los lácteos, el maní y a los productos regionales, y vamos a iniciar un camino de reducción para el resto hasta su eliminación. El Estado no se va a quedar más con el esfuerzo del campo y sus trabajadores.
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Eliminar todos los cupos y las restricciones a las exportaciones. Necesitamos exportar más para crecer y generar divisas, pero ponemos cupos y trabas a las exportaciones. A pesar de tener un Banco Central con reservas netas negativas, el Gobierno mantiene restricciones a la exportación al sector
agroindustrial limitando la generación de divisas y empleo. Por ejemplo, mediante el decreto 911/2021, el gobierno nacional prohibió exportar algunos cortes de carne. A su vez, están vigentes restricciones de volumen exportado de maíz y trigo impulsadas por el Gobierno. Pusieron distintas restricciones para combatir la inflación y tenemos una de las inflaciones en alimentos más altas del mundo. Vamos a eliminar todos los cupos y restricciones, prohibiciones, fideicomisos y otras alteraciones del mercado que hoy están vigentes y limitan las exportaciones, las inversiones y la generación de empleo por parte de la agroindustria. Vamos a eliminar las restricciones para los lácteos y los fideicomisos tanto para el aceite como para la harina.
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Mejorar los caminos rurales y la conexión a internet para la producción agropecuaria. Mejorar la conectividad en el campo permite reducir costos y mejorar productividad. Vamos a trabajar junto a las provincias y los municipios para mejorar los caminos rurales y las rutas provinciales y, así, contribuir a reducir los costos logísticos que enfrenta el sector productivo. Solo el 34% de las explotaciones agropecuarias de Argentina utilizan computadora y tienen acceso a internet. Es decir, más de 160.000 explotaciones no tienen conectividad. Vamos a expandir el acceso a internet en los polos productivos agropecuarios para reducir tiempos y costos y contribuir a la incorporación de tecnología.
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Mitigar los efectos de los eventos climáticos. Las inundaciones, sequías y otros desastres naturales generan impactos muy grandes en las cadenas agroindustriales, especialmente en los pequeños productores. Hoy los sistemas de información y estadísticas sobre fenómenos climáticos son limitados. Por eso, vamos a mejorar los sistemas de información para fomentar el desarrollo de seguros y coberturas más eficientes para eventos catastróficos. Vamos a impulsar obras de infraestructura y promover la incorporación de tecnologías para mitigar los efectos de eventos catastróficos en la producción.
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Abrir nuevos mercados internacionales para nuestros productos. Argentina enfrenta una gran oportunidad. En los próximos años se espera una demanda creciente de alimentos y productos agroindustriales, principalmente impulsada por el proceso de crecimiento económico y demográfico en Asia y África y el cambio en los patrones de consumo que se está dando a nivel mundial.
Necesitamos liberar las barreras que limitan el acceso de nuestros productos al resto del mundo. Vamos a firmar e implementar el acuerdo comercial Mercosur-Unión Europea y Mercosur-EFTA y llevaremos adelante una agenda ambiciosa de apertura de mercados, con foco en los grandes importadores de alimentos. Por ejemplo, hoy el langostino, maní y limones pagan más del 10% para ingresar a la UE y con el acuerdo pasarían a pagar 0%. Vamos a impulsar acuerdos comerciales y fitosanitarios para mejorar el ingreso de nuestras carnes, lácteos y derivados, y productos de las economías regionales a mercados como India, Japón, China, Corea, y Estados Unidos, entre otros. A su vez, vamos a promover el posicionamiento internacional de Argentina como proveedor eficiente y sustentable de proteínas.
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Generar incentivos para la registración laboral y la incorporación de más trabajadores al sector frutihortícola. Las cadenas del sector frutihortícola generan más de 400 mil empleos. Sin embargo, la gran mayoría de los trabajadores del sector están en esquemas informales. Las actividades frutihortícolas necesitan reglas que se adecuen a su realidad, les permitan crecer, fortaleciendo la formalidad laboral y bajando la conflictividad. Hoy existen pocos incentivos para formalizar el empleo tanto desde la mirada del trabajador como la del empleador, dado que los altos impuestos al trabajo impactan negativamente en estas actividades y en las personas. Por eso, vamos a aumentar el mínimo no imponible para el pago de contribuciones patronales para fomentar la formalización laboral, la competitividad y la transparencia en el sector frutihortícola.
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Un SENASA al servicio del productor. Tendremos un SENASA que disminuya el tiempo que le tiene que destinar el productor a cumplir con las normativas y requerimientos. A su vez, como consecuencia del cambio en las demandas de los consumidores, las exigencias de los mercados internacionales son cada vez mayores. Necesitamos un organismo profesional capaz de certificar y garantizar la inocuidad de lo que consumimos y exportamos. Vamos a unificar estándares sanitarios, incorporar tecnología, lograr la interoperabilidad entre SENASA, Aduana y AFIP y mejorar la trazabilidad de los productos para ahorrarle tiempo al productor.
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Cuidar a los que producen. Vamos a trabajar codo a codo con gobernadores e intendentes para ponerle fin a las tomas de tierras, roturas a las silobolsas, robo de animales y otros ataques a la propiedad privada.
Además, vamos a retomar el programa "cosecha segura" para prevenir y luchar contra el delito rural.
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Un campo sustentable con Buenas Prácticas Agrícolas. La conservación del suelo, del agua y la biodiversidad es fundamental para garantizar la producción de la agroindustria en Argentina. La agroindustria es parte de la solución al problema del cambio climático, produciendo de forma cada vez más eficiente. Una muestra de eso es que Argentina es el productor de maíz con menor huella de carbono del mundo. Tenemos que potenciar este camino. Por eso, vamos a trabajar con el sector privado para promover la adopción de Buenas Prácticas Agrícolas para reducir la huella de carbono.
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Actualizar la ley de semillas para promover la producción y comercialización de genética vegetal. La Ley de Semillas vigente data de 1973 y fue sancionada en un contexto productivo radicalmente distinto al actual. Los avances de la tecnología y la investigación aplicada plantean la necesidad de actualizar el marco normativo, para así dar claridad y seguridad tanto a las inversiones, como a los actores que intervienen en la cadena productiva. La base para la producción agrícola son las semillas. Junto con la tierra son lo que da el fruto para consumir, trabajar y exportar. Pero hoy hay una ley de semillas que no sirve para aumentar la producción ni promover las inversiones. Vamos a presentar un proyecto de ley de semillas que contemple las tecnologías actuales, sumando en el Congreso el aporte de expertos y de representantes de otros espacios políticos.
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Retomar las mesas agroindustriales público-privadas, como la de la carne, láctea y foresto-industrial, entre otras. A partir del 2015 se crearon diferentes mesas de competitividad público-privadas para construir mediante el diálogo una agenda común en desburocratización, acceso a mercados, logística y calidad, entre otros ejes. Las mesas fueron disueltas por el Gobierno actual, desaprovechando un espacio de diálogo plural al servicio de la producción. Vamos a retomar esos espacios y recuperar los avances que se hicieron en simplificación, evasión, acceso a mercados y calidad en los alimentos.