La agrobioindustria local tiene una agenda para ganar peso político.

Germán Paats, presidente de Barbechando, en la apertura del Congreso.

Durante el Primer Congreso de Políticas Públicas para la Agrobioindustria, productores, empresarios y políticos propusieron ideas para el desarrollo.

Autor: Informacion en Clarin Rural - 28/06/2023


Ayer en el recinto de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se realizó el primer Congreso de Políticas Públicas para la Agrobioindustria, con la presencia de representantes del amplio espectro que abarca ese término y de actores de la política. Organizado por la Fundación Barbechando, el evento fue ideado para realizarse cada dos años en fechas estratégicas del calendario electoral con el objetivo de afinar el know-how político de un sector que no logra sostener la influencia que siente que merece en las decisiones económicas del país.

“Animémonos a pensar en una Argentina distinta, la Argentina que queremos los argentinos no es la que tenemos”, aseguró en la apertura del evento el presidente de Barbechando, Germán Paats, e invitó a trabajar en conjunto la política y el campo “para que Ezeiza sea la puerta de entrada, no de salida”. “Para eso es este congreso. Somos optimistas porque depende de nosotros”, afirmó.

Entre los asistentes al Congreso se realizó una breve encuesta de la cual surgió que la alta presión impositiva y la falta de políticas públicas son las principales trabas para el desarrollo de la agrobioindustria. Esto dio pie para escuchar algunos casos de otros países en los que el agro tiene un peso central y que lograron imponer los intereses del sector productivo en la agenda pública.

La ex Ministra de Agricultura de Australia, Joanna Hewitt, contó el caso de ese país en el que el sector productivo enfrentó una crisis importante en los años 80 por la pérdida de competitividad. Según describió la funcionaria, una desregulación de las exportaciones e importaciones y un plan para impulsar la modernización tecnológica de las empresas agrícolas le permitieron aumentar casi 70 por ciento la producción en los últimos 20 años y transformarse en un pilar de la economía australiana.

Los tratados de libre comercio cumplieron un rol importante en la inserción internacional de los productos del campo australiano, pero las políticas proteccionistas para el agro que persisten en la Unión Europea, Estados Unidos y China, según Hewitt, forman parte de los múltiples desafíos que aparecen en el horizonte.

Desde su visión, el principal escollo para el agro argentino es la carga impositiva sobre las exportaciones, que hacen que los productores locales reciban 16 por ciento menos valor que los del resto del mundo, pero advirtió que una eventual quita de retenciones implicaría necesariamente buscar nuevas formas de financiamiento para el Estado, por lo que recomendó pensar y proponer esas vías alternativas como una estrategía efectiva para lograr avances. “Enfrentamos tiempos desafiantes en términos económicos y geopolíticos en el mundo, pero los tiempos difíciles pueden ser el estímulo necesario para el cambio”.

Luego fue el momento de conocer el caso brasilero. Pedro Lupion, diputado y presidente del Frente Parlamentario Agropecuario brasileño, contó algunos aprendizajes que tuvo la bancada agropecuaria en el impulso de políticas para el agro en las últimas décadas. Según Leitao, cuando se dieron cuenta de que comunicaban desde un punto de partida equivocado todo cambió. “Cambiamos la dirección de la comunicación, en lugar de hacerlo desde la siembra hacia la mesa pasamos a hacerlo de la mesa a la siembra. Porque pocos siembran pero todos comen. Dos décadas después, empezamos a ganar la opinión pública”, afirmó.

Hoy el sector agropecuario brasilero cuenta con 347 diputados dispuestos al menos a oir sus propuestas. Leitao compartió también algunas técnicas, como empezar toda conversación por los puntos de convergencia, no por las diferencias. “Así el diálogo pasó de ser ácido a ser suave”, aseguró.

Más tarde fue el turno de las experiencias locales. La importancia de la relación público-privada fue resaltada por dos funcionarios de la provincia de Córdoba: el Ministro de Agricultura y Ganadería, Sergio Busso y la Secretaria de Ganadería, Catalina Boetto. Busso recomendó apoyar la producción y la estabilidad. “Si no respetamos las instituciones, no hay país posible”, afirmó.

El panel culminó con la firma del convenio de cooperación mutua entre los presidentes de la Fundación Barbechando y el Instituto Pensar Agropecuaria de Brasil que simbolizó el inicio formal del trabajo -ya en marcha- de lograr consensos entre agro y política, que establezcan una agenda de desafíos y objetivos de la AgroBioIndustria, la cual, mediante políticas públicas, promueva el crecimiento económico y desarrollo de las regiones y ciudadanos de ambos países.

Ideas concretas

Como parte del Congreso, la Fundación Barbechando presentó su propuesta “IDEAS A+47”, un documento abierto a comentarios de nuevas ideas de políticos y referentes del agro, donde se esbozaron líneas de trabajo en áreas claves para el despegue económico, social y territorial de la Argentina y sus 47 millones de habitantes.

La exposición estuvo a cargo de Marcelo Elizondo, consultor y especialista en negocios internacionales; Germán Paats, titular de la Fundación y economista; y Manuel Chiappe, Director General de Barbechando e Ingeniero Ambiental.

En esa presentación, Paats resaltó la importancia del desarrollo federal y que la Argentina “tiene un techo altísimo” para crecer”. “Las exportaciones se pueden multiplicar por 4”, remarcó, y sostuvo que la AgroBioIndustria puede aumentar en 2 millones los puestos laborales, aunque para ello también es necesario activar los 4 motores: economía del conocimiento, minería, energía y turismo.

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