Misión: una revolución para producir 5 millones de toneladas de carne y exportar por US$10.000 millones.

La actividad tiene un gran potencial

Con un mayor uso del forraje y el acompañamiento de otras tecnologías, el país puede dar un salto en la actividad ganadera. La Argentina se encuentra a las puertas de un gran cambio donde será más que nunca necesario producir más carnes para seguir abasteciendo fluidamente nuestro consumo, así como también para poder exportar a las diferentes góndolas del mundo.

Autor: Por Fernando Canosa Mateo Hopff para La Nacion - 29/05/2023


Debemos salir del viejo paradigma consumo interno versus exportación, somos el país del mundo que más carne vacuna consume y estamos en el podio del mayor consumo de proteínas animales; carne vacuna, aviar y porcina, junto con Estados Unidos y Australia.

Por otro lado, la mayor exportación colabora con menores valores para el consumo interno; los cortes más buscados por los argentinos, son los parrilleros, que no se exportan y en otros países los convierten en carne molida y hamburguesas.

Está claro que estamos ante una demanda estructural insatisfecha de carne en el mundo. Más allá de las guerras y del efecto del Covid, son pocos los países con posibilidades de abastecer esta demanda creciente; la Argentina es uno de ellos junto con el resto de los países del Mercosur.

En los últimos 20 años la producción mundial creció un 27% y el comercio internacional, las exportaciones, lo hizo en un 110%, la oferta no alcanza a la demanda. En ese mismo lapso, el precio internacional creció un 60%, por encima de la carne aviar y porcina; las posibilidades biológicas de adecuar la oferta a la demanda son escasas.

Hasta 2012, China no existía en el mercado mundial y ahora se estima que en 2023 demande 3,5 millones de toneladas, un 24% más que lo que se preveía por las restricciones del Covid. Por otro lado, África pasó de demandar 400.000 toneladas en 2000 a 800.000 toneladas en la actualidad y se espera llegue a importar, 1,2 millones de toneladas en 2030.

Escenario
Ante todas estas buenas noticias sobre la demanda, veníamos avanzando en nuestro país en mejoras productivas con aumento del peso medio de faena alcanzando valores récord mes tras mes, llegando a los 232 kg/ cabeza, así como la venta de vacas improductivas y su reemplazo por vaquillonas llevó a mejorar la relación ternero/ vaca a valores por encima del 66%.

Ante tan importantes cambios nos tocó una tercera Niña consecutiva que trajo aparejado una importante caída de la producción forrajera que nos llevará a una caída del índice de preñez de este último servicio por lo tanto de la oferta de terneros del 2024.

Debemos tener en cuenta que la producción ganadera argentina pivotea sobre el pasto, el 90% de la energía de cualquier corte de carne proviene del pasto que producimos. La variable principal y de mayor peso en nuestra producción de carne es la producción de pasto. Desde ese lugar y teniendo en cuenta que la demanda global de nuestro rodeo es de 36,6 millones de raciones, teniendo en cuenta un 65% de destete y la oferta promedio es de 38,7 millones, el impacto de la sequía será importante.

El antecedente más cercano es lo ocurrido con la seca de 2007 a 2009 donde los índices de destete promedio nacional cayeron al 59% y 57%, sobre un promedio histórico del 64%. Esta caída de 5 a 7 puntos de terneros logrados podría significar para 2024 una pérdida de más de un millón de terneros respecto al 2023.

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