En el polo agroexportador más moderno del mundo se viven imágenes inéditas por la sequía.
En plena cosecha de soja, se derrumbó el ingreso de camiones a las terminales portuarias del Gran Rosario y las plantas procesadoras se vieron afectadas en su trabajo; el drama de los transportistas que realizan pocos viajes
Autor: Belkis Martínez LA NACION - 08/05/2023
ROSARIO-. En las playas de camiones de las plantas procesadoras de soja y otros productos del polo agroexportador del Gran Rosario reina el silencio y se genera un vacío infinito. La imagen y el escaso ruido del megáfono, que cada tanto llama a una unidad para descarga, retumba en el suelo y evidencia la desolación que se genera en el principal clúster del país. Las historias de los conductores, que muestran a flor de piel sus penurias, son el reflejo del impacto de la sequía, que va a dejar fuertes pérdidas desde los productores agropecuarios hasta las industrias, que ya sienten un fuerte cimbronazo. Como pudo observar LA NACION durante una gira por plantas del mayor complejo de molienda de soja del mundo, las empresas hoy tienen un 74% de capacidad ociosa y prevén que esto se vaya a recrudecer en menos de 20 días. En el polo agroexportador se hicieron millonarias inversiones que lo fueron convirtiendo en el más moderno del mundo.
El conteo de camiones en una de las playas más grandes de Sudamérica, que pertenece a una compañía del rubro, no supera los 30 entre los que ingresaron a descargar y cargar para la exportación. En otra playa se llega a 300. Pero en dos semanas el número sería cero.
Por la sequía, este año el procesamiento de soja se ubicaría en 27 millones de toneladas, un 58,7% menos que en 2016, cuando se alcanzó el récord de 46 millones de toneladas. La molienda prevista sería la menor en 18 años, como estimó recientemente la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC). Vale recordar que las proyecciones de cosecha de la oleaginosa están en 22,5 a 23 millones de toneladas, por debajo de los 42/43 millones de toneladas del ciclo agrícola pasado. En el primer trimestre del año se molieron 5,5 millones de toneladas de la oleaginosa, cuando en igual período de 2022 ese número fue de 8,1 millones de toneladas y de 9,4 millones en 2021. Más allá de los números, las enormes celdas de almacenamiento vacías hablan por sí solas.
El viernes pasado, a las 9.20 caía una leve llovizna sobre la localidad rosarina de General Lagos, donde está la primera planta que recorrió LA NACION. Las gotas de agua salpicaban las líneas de porotos de soja que dejaban los pocos camiones en las calles internas. En las plataformas de descarga el trabajo estaba ralentizado. “La industria la está pasando mal y lo va a pasar mal, pero lo va a morigerar importando soja de Brasil, Paraguay y Bolivia [hay una previsión de 10 millones de toneladas], pero el transporte está en una situación tremenda”, contaron a este medio.
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