El control de la Hidrovía Paraná-Paraguay es otro foco de tensión entre Estados Unidos y China por influir en la región.

Los embajadores Marc Stanley (Estados Unidos) y Karl Dahene (Bélgica), en un tramo de la Hidrovía, un negocio al que también se quiere meter China

El embajador Stanley destacó las tareas de la empresa belga que contrató el Estado para el dragado de la vía navegable; los chinos están a la espera de que se llame a licitación

Autor: Jaime Rosemberg LA NACION - 06/05/2023


La imagen, potente y con evidente mensaje político, fue seguida con atención en la Casa Rosada y el Ministerio de Transporte. “Que gran oportunidad para aprender de primera mano sobre el importante trabajo de dragado que hace del río Paraná una vía eficaz y eficiente para el transporte de bienes dentro y fuera del país. Gracias a @jandenulgroup por la invitación y al Emb. @KarlDhaene por acompañarnos”, escribió hace dos semanas el embajador norteamericano Marc Stanley en referencia a su paso por las dragas que la empresa belga Jan de Nul tiene en Corrientes. Se trata de un tramo argentino de la Hidrovía Paraná-Paraguay, que concentra el 80% de las exportaciones del país y que es codiciada por China en su pelea global con Estados Unidos para aumentar su influencia en la región.

La foto expresa lo que en voz baja dejan trascender fuentes cercanas a esas dos embajadas: que Estados Unidos y Bélgica, un aliado europeo tradicional, no están dispuestos a ceder ante las pretensiones de China, que intentó sin éxito el año pasado participar de la licitación para controlar la denominada Vía Navegable Troncal, hoy bajo la administración de la Administración General de Puertos (AGP), que maneja el técnico kirchnerista José Beni, e incluye el cobro de peajes a las barcazas que atraviesan ese recorrido.



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