El peronismo se enfrenta a una catástrofe electoral.
La pesadilla del kirchnerismo es que no está en condiciones de tomar medidas que reviertan la tendencia: los votos que pierde el Frente de Todos no irían hacia Juntos por el Cambio, sino hacia Milei o la abstención
Autor: Carlos Pagni LA NACION - 06/04/2023
El fenómeno emite señales cada vez más numerosas. El peronismo se encamina hacia una catástrofe electoral. Como marca, Frente de Todos, y en la persona de sus principales candidatos. Esa posibilidad tiene, por supuesto, consecuencias sobre el desenlace de la disputa de poder que se está librando este año. Pero también permite imaginar, muy en borrador, algunas hipótesis sobre las características del mapa político en el que le tocará operar al próximo presidente. Porque la crisis que está atravesando el oficialismo ha desatado un conflicto interno que, si se confirman los pronósticos, está destinado a extenderse en el tiempo con modalidades cada vez más agresivas.
La contracción de la fuerza que conduce Cristina Kirchner es de sentido común. Entre 2019 y 2021 perdió 40% de los votos. ¿Aparecieron desde 2021 razones políticas o económicas para que se revierta esta tendencia a la autodestrucción? La novedad de estas horas es que esos signos de deterioro comienzan a expresarse en las encuestas. Los suscriptores de los trabajos de Aresco, la consultora de Federico Aurelio, acaban de recibir un informe que consigna una caída llamativa del Frente de Todos. En noviembre, la intención de voto a Presidente, agrupando las preferencias por partido, había arrojado los siguientes números: 35,6% para Juntos por el Cambio; 33,5% para el Frente de Todos; y 19,3% para La Libertad Avanza. Hoy esas cifras son las siguientes: 35% para Juntos por el Cambio; 28% para el Frente de Todos; y 22% para La Libertad Avanza. Quiere decir que la principal oposición se mantiene estable, la corriente de Javier Milei mejoró alrededor de 3 puntos porcentuales, y el Frente de Todos, aquí está la noticia, se encuentra casi 6 puntos más abajo.
Una incógnita razonable es si este 28% constituye un piso o es sólo de una estribación de un descenso todavía más profundo. Un aspecto relevante de este panorama es que los votos que pierde el Frente de Todos no irían hacia Juntos por el Cambio. Fugan hacia Milei o hacia la abstención.
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