Se multiplican los condicionantes que afectan el rumbo del mercado agrícola
En el enivel local, a un año climáticamente dramático se le sumó una helada histórica en pleno verano y luego, la aparición de la gripe aviar y la suspensión de las exportaciones avícolas
Autor: Enrique Erize PARA LA NACION - 04/03/2023
Tremendos los condicionantes que la cuestión geopolítica global ejerce sobre los mercados granarios. Repasando algunas, podemos citar el pedido del gobierno estadounidense a sus ciudadanos de abandonar Rusia (12/3) y la amenaza rusa de invadir Moldavia (con su región separatista pro rusa y su “servidumbre de paso” para acceder al Mar Negro). Otra cuestión para destacar es la tensión EE.UU./China escalando a niveles muy complejos, mientras la decisión del régimen asiático de reducir el componente harina de soja en las raciones de balanceados amenaza reducir sus importaciones de soja.
Todo ello, con el USDA proyectando nuestra producción de soja en delirantes 41 millones de toneladas, mientras la Bolsa de Cereales de Buenos Aires prevé 33,5 millones. En tanto, EE.UU. continúa subiendo las tasas de interés para frenar su inflación y mejorar la competitividad de su economía.
Por su parte, la plaza local también debe digerir cuestiones domésticas que no ayudan a clarificar posibles escenarios. A un año climáticamente dramático se le sumó una helada histórica en pleno verano (18/2) y luego, la aparición de la gripe aviar y la suspensión de las exportaciones avícolas.
Por su parte, el cierre de las exportaciones brasileñas de carne vacuna a China por el tema “vaca loca” abre expectativas respecto de un beneficio temporario para la Argentina y Uruguay.
En semejante contexto, nuestro mercado doméstico continúa bajo el lema “intervencionismo mata mercado”. Así las cosas, el productor argentino debe “surfear” obstáculos y depender de las decisiones del burócrata de turno.
Para quienes tienen trigo disponible y pueden esperar, dos comentarios: primero, si están en el sur de la pampa húmeda, están complicados. Allí estuvo el grueso de la cosecha y los molinos están muy lejos (con exportadores fuera de la cancha y fletes condicionantes), y, segundo, si están en zona triguera norte, las esperanzas subsisten (necesario “espaldas anchas”).
En el caso de la plaza maicera, es importante destacar que el fracaso productivo del maíz temprano no alcanza para justificar los valores FAS en oferta, pues el “jubileo” a los compromisos externos le quita demanda al mercado. El FOB índice en 20 dólares por encima del FOB Golfo no se puede explicar y ello invalida el análisis.
En el caso de la soja, los rumores de un dólar soja 3 (en nuestra opinión, inevitable, más allá de lo distorsivo) justifica la reticente actitud de la oferta. La oportunidad del hecho y el tipo de cambio debe estar siendo el debate actual entre la industria aceitera y el Banco Central. Este último por lo exhausto de sus reservas y las multinacionales por el desafío de enfrentar un año con una molienda que (aun importando soja paraguaya) no llegaría al 55% de su capacidad instalada.
El autor es presidente de Nóvitas SA