Un camino posible para la carne bovina en 2023.

Terminó un año complejo para la ganadería y que abre interrogantes para el año que comenzó.

El 48% del stock ganadero se encuentra en zonas afectadas por la sequía y los valores actuales de la cría y la invernada, ya sea pastoril como estabulada, están por debajo de sus costos.

Autor: Fernando Vilella en Clarin Rural - 07/02/2023


La transformación se produce con la mestización, como bien describe Carmen Sesto en varios trabajos, que se encuentra con cambios tecnológicos que permiten un cambio sustantivo de consumidores, los obreros europeos en lugar de esclavos de plantaciones americanas de azúcar, algodón o tabaco. Ese ajuste fue un ganar-ganar muy virtuoso que generó muchas divisas y trabajo.

Hoy estamos frente a otros cambios importantes en cuanto al mercado interno y sobre todo el externo. Nuestros intereses y posibilidades deben alinearse al cambio climático, el cuidado de la salud, nuevas tendencias alimentarias y las geopolíticas de los alimentos externos. La falta de políticas tanto públicas como privadas de las últimas décadas tuvieron y tienen relevancia en la pérdida de cuotas de mercados a pesar de las múltiples oportunidades para productos posicionados como de alta calidad.

En ese contexto termina un año complejo para la ganadería y que abre interrogantes para el año que comenzó. Es importante tener presente que dos terceras parte del territorio continental argentino es árido o semiárido en muchos de los cuales la cría vacuna es una de las pocas actividades productivas posibles, sin uso alternativo al ganadero. Las zonas más húmedas han sufrido una sequía de las más intensas en décadas. El resultado es baja cantidad de forrajes naturales o cultivados que se combina con altos precios de los granos (guerra europea) y baja disponibilidad de reservas como los silos.

Hay un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario que calcula que la sequía está afectando en la categoría “sequía extrema a excepcional” a Chaco (58%), Salta (46%), Santiago del Estero (37%), Formosa (33%) y Jujuy (23%). También con más del 50% del territorio afectado en Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires. A nivel nacional el 48% del stock ganadero se encuentra en zonas afectadas por la sequía, lo que representa unos 26 millones de cabezas que se encuentran bajo riesgo.

Según el informe de Econoagro, pensando el 2023, de Andrés Halle, en cría la sequía dejará para los planteles pocas reservas forrajeras y de concentrados energéticos, con vacas con condición corporal pobre y con bajos índices de preñez. Los terneros serán más livianos. Todo combinado significa mayores costos y menores ingresos. Esta situación es parecida para los invernadores. Hay que destacar que a moneda constante en diciembre 2022 en relación al año anterior el novillo y el ternero tienen menor precio real, con una caída del 35 y 40% respectivamente. La vaca en promedio perdió un 30%. Aunque estos valores siguen estando por encima de los valores históricos para diciembre y en 2021 se dio el máximo histórico de la serie 1990-2021.

En cuanto a la faena del año 2022 fue de 13,5 millones de cabezas un 3,94% más que en 2021 y como hubo un aumento del 1,1% en el peso promedio de la res el aumento en la producción de carne fue del 5,1 %.

A partir del movimiento de invernada en 2022, se puede generar una hipótesis de faena para 2023 de unos 14 millones de cabezas, de las cuales 10,3 millones son terneras y terneros movidos, 1,1 millón de novillos, 2,4 millones de vacas y unos 200 mil toros.

El panorama para 2023 es complejo ya que con los valores actuales tanto la cría como la invernada, ya sea pastoril como estabulada, están por debajo de sus costos. Unos venderán menos terneros más livianos y mucha vaca seca y los otros necesitarán poner más kilos a costos altos. Por otro lado, la demanda está restringida por la caída de los salarios reales que determina el tamaño de la demanda. A ello se suma un año electoral con un gobierno híper intervencionista, inflacionario y mirada de cortísimo plazo. Además, con China con menores precios y eventualemnte menores volúmenes. Será un año muy dependiente de la velocidad de salida de la sequía y los volúmenes y precios de los productos exportados.

La carne vacuna argentina a mediano y largo plazo deberá asumir los desafíos del mundo y aumentar significativamente su presencia en los mercados globales. Tiene con que hacerlo a partir de la calidad genética del rodeo, la expertiz de sus productores y sistemas productivos que bien medidos en términos ambientales seguramente responderán a dichos desafíos. Lo bueno y lo malo es que solo depende de nosotros.