“Estamos en una pelea a 15 rounds y vamos por el tercero”
Si el comercio mundial de alimentos ya estaba afectado antes de la pandemia, ¿cuál es la situación actual, y qué se puede prever para el día después? ¿Qué pasó en la región y en la Argentina? Acerca de este tema disertaron Máximo Torero, de la FAO; Luis Zubizarreta, de la Cámara de Puertos Privados, y Valeria Piñeiro, del IFPRI, en el panel “Cadenas de suministro de alimentos, restricciones al comercio y coordinación global en la pandemia”, moderado por Martín Piñeiro, de GPS, en el Congreso Maizar 4.0.
Autor: Informacion de MAIZAR - 30/06/2020
“A nivel global, el panorama es bastante complejo: es una pelea de box de 15 rounds y vamos por el tercero”, describió Máximo Torero, subdirector general del Departamento de Desarrollo Económico y Social de la FAO, en el Congreso Maizar 4.0: ¿Estamos preparados?, respecto de las cadenas de suministro de alimentos en medio de la pandemia. La primera etapa, dijo, fue de contención. En cereales, un mercado intensivo, el 45% de las reservas son de China. “El problema era más bien logístico, cómo mover la producción, lo que se ha ido mejorando”. En productos de alto valor, como carne, que son más trabajo-intensivos, hay alimentos disponibles y la logística se está resolviendo.
En cuanto a la segunda etapa, Torero señaló que 16 países, con una participación en el comercio global que ronda el 7%, aplicaron restricciones a la exportación, pero no es tan fuerte como la que se vio en la crisis de 2008, cuando 33 países lo hicieron, y representaban cerca del 30% del total. Sin embargo, se prevé que Latinoamérica tenga un aumento importante de la pobreza extrema.
Según la OECD, la actividad económica global caerá 6,5%, con un desempleo de 9,2% si no surge un rebrote antes de fin de año. Una nueva ola de contagios elevaría esas cifras a 7,6% y 10,0%, respectivamente. De los países del G20, la Argentina está en el 5º lugar en caída del PBI proyectada, con entre 8 y 10%.
“Estamos saliendo de este segundo round golpeados, en cada uno nos pueden knockear, estamos débiles”. Por eso, indicó que “hay que satisfacer las necesidades de las poblaciones más vulnerables, y usar al sector productivo para que esos alimentos que no van a poder exportar sean enviados para la población que necesita. Estados Unidos lo está haciendo”. También hay que ver cómo aumentar la eficiencia, para evitar la pérdida en productos de alto valor. Y ver el comercio, que tiene que ser estratégico y tener información inteligente.
Para Torero, el después va a implicar un cambio logístico muy fuerte: va a crecer la robótica, los vegetales se van a producir más cerca de las ciudades, verticalmente, en hidroponía, va a aumentar la automatización y el e-commerce.
Haciendo foco en Latinoamérica, Valeria Piñeiro, senior research coordinator de IFPRI, describió tres etapas: el corto plazo, con restricciones logísticas; el mediano plazo, en el que seguirán los cortes de empleo y surgirán problemas de insumos; y un largo plazo, con recesión mundial y dietas menos nutritivas. “El análisis sobre las políticas y la priorización es y será indispensable”.
Tras trazar una cronología del impacto, identificó tres tipos de amenazas: internacionales, a la oferta y a la demanda. “Las economías de América Latina parten de una situación más delicada; en el segundo semestre de 2019 el crecimiento siguió siendo muy débil. Las más vulnerables son las que tienen mayor deuda externa. De esto solo se salva Perú, mientras que la Argentina y Brasil son los que están más complicados”, señaló.
Para el futuro, indicó que la crisis económica global generará un fuerte aumento de alimentos nutritivos: frutas y vegetales aparece como el rubro con mayor caída, mientras que maíz, otras semillas y aceites son los únicos que crecerían. Para América Latina, se estima una reducción del PIB del 6%, y del 30% en las exportaciones. Los productos intensivos en mano de obra tendrán mayor caída, con una baja del consumo global de frutas y verduras por problemas logísticos. “En el Mercosur, en particular, los bienes perecederos, como ciertas frutas, hortalizas, flores y mariscos, se han visto afectados por la disminución del tráfico aéreo de pasajeros. Y el sector de alimentos y agropecuario está teniendo consecuencias directas, con la caída de los precios internacionales”.
Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara de Puertos Privados Comerciales, contó la experiencia en la Argentina: “Haber sido encuadrados como actividad esencial nos permitió seguir con el pico de cosecha, aunque rápidamente se sumaron problemas por temor, comunidades que se cerraron y no dejaban pasar, junto con puertos que bloquearon accesos. Fue un stress grande durante unos días, pero pudimos salir adelante con ayuda de los gobiernos provinciales y el nacional, fuimos definiendo protocolos para dar seguridad y tranquilidad frente a lo desconocido, y esto permitió que la cosecha fluyera”.
El ejecutivo resaltó que la actual es una de las principales cosechas históricas, pese a lo cual no hubo grandes demoras, “y en esto influyeron las inversiones privadas en puertos. Y tuvimos récord de embarques pese a la bajante extraordinaria del río, la mayor en medio siglo; pero la operación continuó, la preocupación era por la tripulación de los barcos y la gente que tiene que subir a ellos”.
También tuvieron padecieron la baja de los precios internacionales, que los productores en parte pudieron sortear adelantándose a la suba de las retenciones. “Por suerte, vemos que hay una demanda estable para nuestros productos y tenemos una potencialidad interesante”, opinó.
En cuanto a los biocombustibles, de los que la Argentina es un productor importante, “la demanda se despedazó, sobre todo por el parate en el mundo, y en la Argentina tenemos una ley que vence y estamos trabajando en una ley superadora para llevar al Congreso y que dé más certezas”.
Mercosur
El moderador del panel, Martín Piñeiro, del GPS, preguntó si en el contexto de caída de precios internacionales y problemas logísticos, puede incrementarse el comercio regional, en favor del Mercosur. “Siempre es una posibilidad la integración latinoamericana, aún no se ha logrado, Estados Unidos sí tiene muchos tratados de libre comercio con países de la región, con lo que es más complejo”, dijo Valeria Piñeiro. “Sí hay más comunicación y puede haber más intercambio entre países que se crean más libres de la pandemia. Pero ¿cómo se va a dividir geopolíticamente el mundo? Va a haber algún tipo de movimientos entre los países, puede ser una oportunidad para América Latina”.
En cuanto a la logística en el Mercosur, Zubizarreta se refirió al tráfico fluvial: “Si se hacen las cosas bien, esos flujos tienen gran oportunidad de crecer. Tenemos un río extraordinario, sin represas, con navegación limpia y fácil; la relación entre los países ha ido mejorando, hubo inversiones en el río: de 700.000 toneladas que movía en 1988, hoy llega a 20 millones”.
Para Torero, “hay que mejorar el comercio interregional. Los países que exportan tienen que crear nuevas demandas más cercanas, en África es clarísimo. Y los países grandes tienen que ser más transparentes, hay grandes importadores y la información de stock no está”.
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