Primer documento grupo Escaleno. Propiedad Intelectual.

¿Por qué Escaleno (del griego "desigual")? Porque este triangulo es una figura con todos sus lados y ángulos diferentes sin un eje de simetría. Diferentes que hacen un todo, que contribuyen a conformarlo y darle integridad. Ese es el concepto que quisiéramos para nuestro grupo, donde diversos saberes y formaciones se reúnen en tormo al logro del bien común, aportando ideas y colaborando con los decisores en la toma de decisiones estratégicas.

Autor: Infomacion de ESCALENO - 07/08/2018


Propiedad Intelectual

Conducir y aprovechar la fotosíntesis gana en complejidad y riqueza por la intensiva incorporación del conocimiento, transformando profundamente la agricultura tal como la conocimos. Este tránsito a una agroindustria en el marco de la Sociedad del Conocimiento se origina en múltiples saberes mutuamente enriquecidos, estos van desde el saber hacer de los agricultores a la biología, la biotecnología, la nanotecnología, la física aplicada, la robótica, el internet de las cosas, la programación informática, el uso de sensores colocados en maquinarías, drones o satélites, las buenas prácticas de manejo cuidando ambiente y sociedad, los insumos biológicos, los agroquímicos más amigables con el ambiente, los cambios profundos en los sistemas comerciales y logísticos, la trazabilidad y certificación entre muchos otros. Más interacción y más conocimiento es esencial para ser competitivo en los mercados internacionales en las próximas décadas, los tradicionales y los nuevos que fuertemente seguirán incrementando sus demandas.

Mucho de los avances ya logrados en productividad se han sustentado en el conocimiento incorporado a las semillas u órganos de multiplicación asexual a partir del trabajo de organizaciones públicas y privadas. Estos logros tienen un costo de desarrollo que debe ser cubierto por los distintos actores beneficiados para que dichos programas sean sustentables económicamente. Generar y mantener la vanguardia requiere reconocer las mejoras con una alícuota del logro de sus aportes.

Hoy está presente la discusión sobre una nueva ley de semillas, que requiere que cubra todo el arco de cultivos utilizados en todos los sistemas agroindustriales nacionales y que no se quede solo con la discusión de algunos de los cultivos extensivos más importantes como viene ocurriendo. El trigo y la soja están en el centro del actual debate reduccionista, porque al ser autógamas, es decir que se pueden usar los granos que se cosechan como semillas en el próximo ciclo sin pérdida de rendimiento o calidad. Estos tienen gran importancia comercial, entre ambos cubren 24 millones de has.

Si bien es necesario que ésta proteja el esencial derecho de propiedad, debiera ser en el marco de un sistema que favorezca el flujo de conocimientos hacia todos los productores contemplando los más desfavorecidos que no deben quedar al margen de estos desarrollos, con reglas muy claras que no dejen dudas sobre la defensa de todos los valores involucrados. Hay que proteger específicamente a la agricultura familiar sin que ello sea una excusa para que los demás productores cumplan con sus deberes.

Lamentablemente, el sistema productivo nacional a diferencia de la mayor parte de los grandes productores de granos internacionales no tiene vocación de defender la propiedad privada en la forma del conocimiento incorporado por los obtentores de cambios genéticos favorables en las semillas. Este debate sobre el derecho a percibir un porcentaje de la mejora obtenida en rendimiento o calidad a partir del uso de semillas mejoradas ya ha sido saldado en muchos de los países competidores, donde estos derechos están consagrados tanto en las leyes como en la práctica diaria de los agricultores. Allí no se discute el concepto de derecho de propiedad. Los cambios de contexto tecnológico deben incentivar la mejora permanente y tendrá mayores impactos ya que "la semilla ya no será solo portadora de genes y germoplasma, será el vehículo de nuevos conocimientos, en forma de productos microbiológicos y químicos que la recubran, que logren plantas más saludables, con mejor potencial productivo: "una semilla lista para usar"".

Las nuevas reglas deben contemplar no solo lo que involucra las patentes en sí, sino especialmente el Proceso Regulatorio. Este último en muchos casos termina siendo la mayor traba a la aprobación de nuevos materiales genéticos, estableciendo barreras que no responden a hipótesis de riesgo objetivas fundadas en el rigor científico. La singularidad de estos sistemas se debe a la existencia de instancias totalmente subjetivas y al arbitrio del criterio no estandarizado de algunos funcionarios. El formato debería incorporar la intervención de arbitrajes externos independientes y no comprometidos con intereses internos. En estos temas Argentina puede ser relevante, y eso es un valor posible de construir para lo que hay que capturar rápidamente ventajas, siendo imprescindible sacar del costo argentino el costo Regulador, hay expedientes de más de 20 años de inoperancia. La regulación no solo es necesaria para semillas, también debe emprenderse toda la nueva complejidad que involucre a enzimas, levaduras, diversos usos de microorganismos, etc

Frente a los desafíos de la Sociedad del Conocimiento, el conocimiento es sinónimo de poder. Tenemos poderosas y múltiples cuencas fotosintéticas para las que debemos generar políticas públicas que promuevan el uso del conocimiento de frontera que multiplique el valor de cada molécula obtenida. Hay en Argentina una base de ciencia y tecnología adecuada para un despegue que debe ser promovido y premiado. Tratar de generar un liderazgo en Bioeconomía es posible y con los estímulos adecuados más cercano con la irrupción de nuevas tecnologías como el uso de Crisp y edición génica. Generar un encuadre legal que facilite el proceso es muy importante y debe ser tomado como prioridad tanto por el ejecutivo como el legislativo a fin de lograr esta meta.

En tiempos de Bioeconomía resulta entonces fundamental para avanzar, generar una nueva ley de semillas, derogar los aspectos no objetivos de las regulaciones para la obtención de un registro de propiedad que pueda ser llevado el sistema productivo.
En resumen, este modelo basado en Bioeconomía, que genera desarrollo local en todo el territorio nacional, requiere de generar e incorporar conocimientos que deben ser protegidos y fomentados por la legislación y las normas de procedimientos.

Puntos principales:

-Las semillas son fundamentales como insumos en la incorporación de mejoras
-La mejora tiene costos que deben reconocer los beneficiados
-Las leyes deben contener todos los cultivos y sistemas
-Las regulaciones en el futuro deberían ser convergentes entre los países del MERCOSUR
-Hay sectores de agricultura familiar que debe ser protegidos, sin que estos sean la excusa de otros
-La nueva Bioeconomía exige también reglamentar enzimas, levaduras y otros organismos y moléculas
-Podemos ser relevantes en estos temas
-Hay una base científica y tecnológica adecuada
-Debe legislarse en patentes, pero sobre todo en regulaciones, eliminando factores subjetivos que hoy terminan siendo los más nocivos
-Bioeconomía es desarrollo territorial integral


Firmas por Escaleno:
Olivier Antoine, Luis Bameule, Roberto Bisang, Marcelo Carrique, Jorge Castro, Lalo Creus, María Beatriz "Pilu" Giraudo Santiago Del Sel, Ignacio Lartirigoyen, Juan J. Llach, Egidio Mailland, Félix Peña, Martín Piñeiro, Carola Ramon Berjano, Manuel Ron, Rodolfo Rossi, Eduardo Trigo, Federico Trucco, Hugo Sigman, Ernesto Viglizzo, Pedro Vigneau, Fernando Vilella.